martes

Bergen





Bienvenidos a Bergen, la ciudad que con 280 días al año ostenta el poco honroso récord de ser la ciudad más lluviosa de Europa, como no podía ser menos en este blog monoclimático. Evidentemente llovió, aunque tuve bastante suerte y viví una tarde soleada. Los dos días de descanso y callejeo pausado sobre todo por el mercado del puerto, donde comí por la jeta a base de muestras de carne de ballena, salmón o reno, todo gentilmente ofrecido por los trabajadores españoles que hacen su agosto cobrando los estratosféricos sueldos noruegos (cerca de 2.500 euros una cajera). En ese mercado resonaron los últimos ecos de Mongol y Kang, una chica de Barcelona me habló de dos chinos que también venían de Oslo en bici. Llegaron un día antes, probablemente en tren. No me los encontré y fue la última vez que tuve noticias de ellos en el viaje, se fueron hacia el sur para conocer el otro norte de Europa (Dinamarca, Holanda, Alemania...). A quien sí me encontré es a la avilesina Lorena, que sale a mi izquierda en la foto de abajo con sus amigas asturianas y a quien dedicaré una entrada a su debido tiempo porque fue la auténtica auditora de este viaje.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Auditora? Ya me has dejado con las ganas de saber mas. Eres el maestro del suspense... Sabes crear ambientes de este tipo partiendo de algo tan banal como un auditor...

Eric dijo...

Eso me recuerda que a la oficina de mi padre está yendo una especie de auditor de los posibles compradores. Es algo parecido a lo que pasaba en Los Serrano. Quizá no fuera tan descabellada la situación. Le preguntaré a mi padre si les han preguntado por el gasto de papel higiénico.