sábado

Geiranger





El viaje en el Hurtigruten continúa sin más sobresaltos. En lugar de ir directo al destino, el barco se mete en el fiordo Geiranger, el que sale en todos los catálogos turísticos de Noruega. Vale la pena el desvío de casi seis horas, las palabras sobran ante el espectáculo.

No hay más que ver la cara de Iñaki.

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