miércoles

Mongol y Kang


Hay gestos que le ganan a uno para siempre. Fue lo que me ocurrió con Mongol y Kang, los dos ciclistas taiwaneses que me encontré en el camping de Stavn. Pocos minutos después de la breve conversación que mantuve con ellos, cuando ya estaba adaptándome a mi flamante tienda, Mongol vino a buscarme.
-We are only two in our cabin and we have four beds. You can sleep with us if you want.
Así que no lo dudé, desmonté la tienda y me instalé en la agradable cabaña que habían alquilado. La tienda tiene su encanto, pero si te ofrecen cama, no puedes rechazarla. Al rato caigo en que una de las preguntas que me lanzó Alex Lee ya tiene respuesta: son los dos taiwaneses que salieron de Oslo y que también se dirigen hacia Bergen. El viaje empieza a crear su universo propio, con personajes que entran y salen del escenario como si estuviera clavado en un sitio fijo.
Mongol, el más espigado, es dicharachero y bromista (a la derecha en las dos fotos) mientras que Kang, más callado, es el líder en la sombra, el que toma las riendas cuando vienen mal dadas. Acaban de terminar el servicio militar y antes de ponerse a trabajar quieren recorrer Europa en bici: después de Noruega irán a Dinamarca, Alemania, Francia, Holanda…
A la mañana siguiente, me proponen seguir con ellos y acepto, aunque pienso que tal vez ellos vayan a un ritmo demasiado alto. Pronto me doy cuenta de que no. Es como viajar con niños: a los seis kilómetros se paran para hacer una foto, a los doce a descansar y a los 20, cuando comienza a chispear, sacan todo el material de lluvia como si estuviéramos en una tormenta ártica. A los 22, como era de esperar, deja de llover y se paran para guardarlo. Eso sí, siempre me piden permiso cada una de las veces y me dicen que lidere el grupo, quizá piensen que al ser europeo conozco más el terreno.
Son dos personajes graciosos que pedalean con sandalias y llevan los dos la misma bici y la misma ropa. Vamos a gusto juntos a pesar de que a veces me siento como su padre. Sin embargo, aunque vamos juntos hacia Bergen, sólo puedo pasar con ellos un día de viaje.

No hay comentarios: