martes

¿Casualidad?


¿Existe realmente la casualidad? ¿Qué hay de cierto en todas esas teorías de la atracción, en que un estado de mente positivo puede acercar hacia uno ciertos acontecimienos o a ciertas personas? No sé qué hay de verdad, tiendo al escepticismo pero no cierro la puerta a estas teorías, para algo soy oyente de Iker Jiménez.
Desde que nos separamos en las Lofoten después de unas horas de pedaleo en común, Martin no había dejado de pensar en que volvería a toparse con ese ciclista español tan mal equipado. Es normal, en un viaje tan solitario encontrarse con alguien con el que se comparte destino y forma de viajar es reconfortante, máxime si se tiene en cuenta que él llevaba meses en la bici desde que salió de Chequia. Y no sé si fue por eso o por pura casalidad pero nos volvimos a encontrar.
Yo estaba montando mi tienda, en un camping que está unos metros debajo de la carretera. Mientras daba los últimos matillazos, levanté la vista y vi pasar una banderola amarilla. No veía la bici, pero se oía. Se me pasó por la cabeza, pero era demasiada casualidad, Martin tenía una bandera igual, pero no podía ser. Sin embargo, di una voz. Subí a la carretera y el ciclista se había parado: por su efusividad algo agresiva no había duda de que era él
"Oh Eric!I knew we were going to meet again! I was sure! Fucking spanish guy! I knew that!I was thinking of it since I left Lofoten!
Como todavía era pronto, Martin tenía intención de seguir un rato más y dormir en cualquier descampado, pero no hubo que proponerle dos veces que parara en el camping, aunque contraviniera su norma de no pagar por el alojamiento más de una vez por semana.
Con Eiko no fue tan bien la cosa, se veía que no conectaban bien, a Eiko no le gustaba esa manera suya de desprestigiar todo lo que no se hiciera como él lo hace y le parecía, con cierta razón, un loco. A mí me hacían gracia sus extravagancias y, además, era un compañero agradable, un tipo curioso del que se puede aprender.
Pese a las rencillas latentes, nos fuimos los tres a una colina y a un lago cercanos y inmortalizamos el momento en que nos iluminaba el primer sol de media noche.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece que las casualidades son algo... inquietantes. Quizás Carmen Porter, desde la nave del misterio, podría aclararnos algo más (siempre y cuando Iker Jimenez le permita decir más de dos frases seguidas).

Anónimo dijo...

Lo de pasarme por este blog a diario a ver si lo han actualizado es ya una cuestión de fe más que otra cosa...

Eric dijo...

En breve estará actualizado. He tenido algún problemilla al subir fotos y por eso no he podido.