domingo

On the road again

Da gusto volver a la carretera después de la interrupción del barco y la parada obligada en Tromso, la ciudad más grande del gran norte. A pesar del viaje en barco y de la memorable noche de juerga en Tromso, Eiko y yo nos resistimos a pedalear juntos. Era nuestra intención hacerlo, pero dormí más de la cuenta y Eiko se fue una hora antes que yo. A ello hay que sumar mi habitual dificultad para salir de las ciudades. Por suerte, él paró a ver un museo y le alcancé. No lo sabíamos porque Eiko tenía otros planes, pero ya no nos separamos más hasta el Cabo Norte. En esta primera etapa, que nos llevaba al pequeño pueblo de Olderdalen, nos reencontramos con la lluvia en las primeras horas del día y disfrutamos de uno de algunos de los paisajes más impresionantes del viaje por la tarde. Valió la pena el pedaleo de 80 kilómetros después de un descanso nocturno de apenas dos horas.






1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buenas querido vikingo. Me alegra ver que sigues ahi. Ya ves que no eres el único. Un abrazo!