lunes

Nuevos compañeros


Nuestra lenta marcha por los cada vez más desérticos caminos del norte transucrría en paz y con buen humor, aunque sin el punto de picante que le ponía Martin. No le volvimos a ver el día que se fue con sus prisas y sus normas, esas mismas normas que seguramente le espolearan en los momentos bajos. Un matrimonio noruego que nos encontramos varias veces nos habló de él, se lo habían encontrado, iba a seguir hasta Alta, es decir que iba a hacer en un día lo que nosotros en dos. Puro Martin. Perdidos Martin e Iñaki, asentado Eiko como sustituto del segundo, el paisaje noruego nos sorprendió con otra compañía: la de los renos. Hasta el momento sólo los habíamos visto en esas señales de carretera tan famosas y nuestros encuentros animales se habían reducido al alce que vimos cruzar la carretera y cuya huella fotografiamos. Los renos no son así de huidizos, están acostumbrados al hombre y, aunque campan a sus anchas, muchos no son enteramente salvajes, los samis los controlan. La primera señal de su presencia aquella mañana en que los descubrimos fue el atasco que se había formado. En esos lugares un atasco se debe a un desastre natural como inundaciones o un desprenimiento o -no lo sabíamos- a que a los renos les apetece pasearse por la carretera. Son gente cabezona estos renos. No se apartan porque venga un coche y les pite. Nada. Cuando les apetece saltan el guardarraíl y vuelven al pasto. Al principio asustan un poco, porque la cornamenta siempre impone, pero pronto se descubre que son inofensivos. No huyen ante la presencia del hombre pero no se dejan tocar, mantienen las distancias, convivimos pero tú en tu sitio y yo en el mío. Ver a los renos hace ilusión, te confirma que lo que dice el mapa es verdad, por lo que aquella mañana estábamos bastante excitados. A partir de ese día, fueron una constante, una parte más del paisaje que, a diferencia de Martin, sí que nos acompañó hasta el Cabo Norte.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es una pena perder a Martin. Pero es lo que pasa con los dogmaticos inflexibles, que al final se quedan solos. De todas formas, creo que por un día conseguisteis flexibilizarlo un poco. Tout à votre honneur.